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miércoles, 9 de enero de 2013

GLORIA, EL REENCUENTRO





Y al final volví a encontrarme con Gloria. Sí, hombre, mi asignatura pendiente. No, no nos examinamos. Fue en la fría tarde del día de Reyes. "Tengo que contarte tantas cosas… Cosas que jamás imaginarías de mi". Y ella, mirándome a los ojos, esos de los que tanto glosaba su peculiar mirada, certera: "las imagino; se de lo que hablas". Y las sabía, tal vez porque era consciente de que ella tenía que haber sido la primera. "¿Por qué no fuí yo la que ahora ha sido?". Esperaba su pregunta, esa y no otra. Un café y otro más. Me contó su hoy. Una separación forzosa, vivida en la distancia a golpe de skype a deshoras. Su pareja, la que tanto arriesgó dejando todo lo que era allá, tan lejos, para estar con ella cuando la enfermedad casi acaba con ella. Una historia hermosa. Tan hermosa que no quise estropearla con la miseria de mi vida. No se lo merece, como yo no la merecí entonces. ¿Por qué querría ajustar cuentas con un pasado no ocurrido de un iluso como yo? Que seas feliz, Gloria. Y que yo lo vea con mis ojos, esos que tanto te gustaban cuando los dos nos gustábamos tanto.

miércoles, 2 de enero de 2013

HISTORIA DE F

F ha sido muy especial en mi vida. Ahora que lo pienso, hablo en pretérito perfecto pero no se si sería más acertado escribirlo en presente continuo, porque aunque barrunto que su inicial rima con final, tampoco tengo claro que este ha llegado, todavía. F tiene pareja, incluso más de una. Siempre ha sido así y yo siempre lo he sabido y aceptado. Conocí a F en horas bajas. Consumida por la traición y el engaño se echó en mis brazos, en los de otros y quizá de otras. Quería experimentar y yo también. Experimentamos y fue tan excepcional que me quedé colgado de ella. F es una mujer extraordinaria. Maldigo a la vida por no habérmela presentado antes. Con ella hubiera sido feliz haciéndola feliz a todas horas. Ahora ella ha vuelto su mirada hacia su pareja de siempre, tal y como yo había pronosticado hace tiempo. No puede vivir sin él, por mucho que me hubiera jurado que no podía vivir con él por más tiempo. De acuerdo: es su vida. No tengo reproches para con F. Ni siquiera que no me haya confesado que ha prometido abandonarlo todo por él, o que me diga que quiere alejarse de ciertas práctcas perniciosas para ella. Va a ponerse a los pies de él, servil como hasta cuando se reveló contra la dejación que en su pareja había conllevado el saberla tan sumisa. Va a quedarse sola, a su merced caprichosa, vulnerable dentro de un universo egocéntrico que ella ya conoce y le sabe tan ajeno. No va a poder escabullirse de las presencias que tanto daño la hacen, porque esas presencias son parte inalienable de su él oscuro y posesivo. Sola. ¿En quién se apoyará esta vez si le sale mal la apuesta? Creo firmemente que comete un gran error, porque en la desazón de no saberla totalmente suya estriban las atenciones que ahora recibe de él. Se va a equivocar y esta entrada quedará como testimonio de mi vaticinio. Pero no voy a decírselo, porque ya no quiere más de mis consejos, de mis palabras y cuidados. No tengo ya más que unos pocos minutos en su apretada agenda y un correo cada varias semanas. En eso se ha convertido quien no hace tanto era maravilloso y muy querido. F ha decidido tirar de la cadena y yo voy a irme por la taza del retrete formando parte de la mierda acumulada de su vida.

F ha sido mi última gran ilusión. Y otra muestra más de que a fuerza de ilusiones rotas, un hombre como yo se va convirtiendo en un iluso y no puede deshacerse de este rol.

martes, 23 de octubre de 2012

Gloria, aleluya!





Gloria es mi asignatura pendiente. Lo malo de las asignaturas pendientes es que te ves obligado a a-probarlas en algún momento de tu vida. Son una oposición constante desde que las vimos en el technicolor de Fiorella Faltoyano. Ningún hombre debería tener asignaturas pendientes que dejaran sus recuerdos en suspenso.

La semana pasada me encontré con Gloria. Ella sabe y yo se que somos dos pasados incompletos. Nuestra historia es la historia de una relación imposible sin dañar a más personas. Tácitamente les habíamos prometido fidelidad por más que nos pesara. Nos conocimos sabiéndonos atados a lo que jamás ocurriría. La buscaba y al encontrarla, ella me dejaba escapar. Tuvimos muchas oportunidades de sernos infieles, pero siempre supimos aplazarlo. Era muy bonita y tremendamente sexy. Una tentación constante.

Me dijo que estaba muy guapo con la chaqueta que llevaba puesta. En nuestro ayer me lo decía a menudo. A mí me gustaba escucharlo porque era sincero y sin dobleces. Cuando unos ojos azules te dicen esas cosas… ¿quién puede no querer creerlas? Me dijo que ahora estaba sola porque su pareja estaba muy lejos. Y me dijo que se sentía sola y que tendríamos que quedar un día para charlar de muchas cosas. Ella estaba tan guapa como entonces. La terrible enfermedad que la acosó no pudo apenas ensombrecer su mirada celestial.

Le prometí que nos veríamos, otra vez y me prometí a mi mismo decirla lo bien que se conserva, lo preciosa que sigue siendo su melena rubia. Tenemos que superar este examen para licenciarnos en nosotros. Eso espero, pero no se si lo conseguiré porque solo soy un iluso soñador graduado en fracasos.

sábado, 29 de septiembre de 2012

E. otra ilusión perdida

Hoy tengo noticias de mi pasado. He recibido un correo de E. E. es alguien que conocí hace muchos años. Bueno, eso no es del todo exacto: nunca llegamos a conocernos. No, eso tampoco es verdad. No nos conocimos físicamente. No sabíamos cómo éramos aunque llegamos a intimar tanto que nos contamos nuestras miserias, nuestros deseos, nuestras ilusiones y desencantos. Sabíamos nuestro nombre y apellidos e incluso el de nuestros allegados y familiares. Pero nos juramos que nunca, nunca jamás bajo ningún concepto, pediiríamos el uno al otro ninguna oportunidad en la que coincidir físicamente. Éramos amigos vía red. Tampoco chateábamos, pese a que éramos capaces de permanecer juntos on-line durante horas intercambiándonos mensajes en un foro o correos vía gmail. Lo sabíamos todo y jugábamos a no necesitar más.

Nunca hubo con E. ningún mensaje explícitamente erótico o sexual. Ella sabía de mis correrías virtuales con otras mujeres y siempre me pareció que cuando se las contaba se mostraba un poco celosilla. A mí me gustaba pensar que era así. Era evidente que teníamos lo que los expertos llaman "tensión sexual no resuelta", pero nos debíamos a nuestros principios, a las reglas que nosotros mismos nos habíamos marcado. Un buen día E. me comuncó que estaba embarazada. Todo un milagro para quien sufría del mal que ella padecía. Me alegré infinitamente, posiblemente porque mi condición de iluso me hacía imposible el preveer lo que pasaría a partir de entonces.

Un día le mandé un correo, como tantas veces había hecho hasta entonces, en el que le contaba mi opinión sobre la situación política, sobre mis temores y esperanzas y probablemente le referí lo que me había pasado ese día. Fue el último: no obtuve ninguna respuesta. Si algo me duele en esta vida es que me paguen con silencio. Recuerdo que, pasados unos días, volví a mandarle otro correo. Y otro más tras unos meses. Durante los tres años siguientes le envié un correo de felicitación el día de su cumpleaños: era imposible que no lo recordara porque era la misma fecha en que los cumplo yo. Y siempre obtuve la misma respuesta: la nada, el silencio.

Hace ya de esto más de dos años. Ayer volví a saber de E. pero ella no tenía mucho interés en saber de mí, sino en que yo mediara para conseguir el favor de terceras personas. Solo un tonto podría atender tal petición. Y yo no soy un tonto: solo soy un iluso que se quedó sin ilusiones por sucedidos como este.

Adán Bovary.
adan.bovary@gmail.com

jueves, 27 de septiembre de 2012

INTRAHISTORIA

Pues sí, este soy yo, Adán, un iluso a base de tener la cabeza llena de ilusiones. Aquí me tenéis, dispuesto a nacerme en este mundo, ahora que estoy a punto de cesar en el otro. No se qué contar. Ni siquiera si tengo algo que contar. Pero necesito agarrarme a algo -quizás a alguien- y esta experiencia puede ser tan buena como cualquier otra. No, es mejor: yo nunca me dedicaría en la vida real a abordar a gente que no conozco de nada, porque tengo verdadero pánico al fracaso.

El fracaso… Debería estar vacunado contra él. A veces pienso que si el fracaso se convirtiera en hombre su vida sería un calco a la mía. ¿Victimismo? Apostad a que no. ¿Que hay otros que puedan superarme? Es posible, y que me perdonen entonces por robarles protagonismo. Yo soy un fracaso de hombre, una calamidad de marido, un desastre de padre, un fraude de persona.

No se lo que puedo aportar a quien lea esta presentación de mi nacimiento, pero yo le aseguro lo que él puede aportarme a mí leyéndola es mucho, es todo. Vengo de una vida que me ahoga y no puedo gritar porque no puedo expresar todo lo que llevo dentro, porque dentro llevo cientos de ilusiones que se han quedado en nada y para mí lo eran todo.

Este soy yo, Adán. Seguro que piensas que soy uno de tantos, ¿verdad?. ¿Lo ves? Ya empiezo fracasando en este nuevo empeño…



Perdonadme la presentación: cuando aprenda a poner imágenes como en vuestros preciosos blogs trataré de que el mío sea menos árido.


Adán Bovary.

adan.bovary@gmail.com